sábado, 7 de mayo de 2011

 Acá está -aunque las fotos no sean capaces de mostrar con precisión su belleza- el atardecer del 6 de mayo...
Parecía ser que el cielo se había puesto de acuerdo con las nubes y con el Sol para darme un maravilloso atardecer, sabiendo que éste sería el primero de mis 17 años.




Y la temperatura -elevada con relación a los días anteriores-, también estaba haciendo lo suyo para que pueda disfrutar aún más de esas horas que, a mi parecer, son las mejores del día






 Cada pedacito de cielo se veía impecable, y los rayos de Sol parecían querer quedarse allí más tiempo, haciéndome sentir que era un día especial, diferente a los demás.


Así terminaba mi primer día con 17 años; comprendí que éste había sido el regalo que la Naturaleza me tenía preparado, deseando que empiece esta edad con esa paz que ella tan bien sabe darme.

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