sábado, 23 de mayo de 2009

Las alegrias mas profundas y duraderas suelen nacer entre espinas y contradicciones. "La paciencia es amarga pero sus frutos son dulces", decia Rousseau.
"La verdadera amistad es como la fosforescencia: brilla mas cuando a nuestro alrededor el mundo se oscurece."
A lo largo de la vida, dentro de la vida o al margen de la vida, siempre surgira lo dulce-amargo. Es el precio de existir. Los intereses que debemos pagar por ser humanos, finitos, mortales.

jueves, 14 de mayo de 2009

Técnicas de seducción

Seducir a alguien es lograr que desee lo que uno quiere que desee. Seducir es incentivar, estimular, provocar el deseo en el otro. Muchos esperan en silencio detectar una señal en el ser amado, esperan ser deseados. A otros, lo que los seduce es sentirse deseados. A otros, nos seduce lo opuesto, sentirse no deseados. A otros, los seduce lo prohibido, lo imposible, lo que no pueden tener. ¿Existe una sola manera de seducir? ¿Es posible seducir a alguien que no nos desea? ¿Alcanza con la seducción para el amor? Si se desea lo que no se tiene, cuando se tiene, ¿se sigue deseando? ¿Tendrán algún efecto las “técnicas de seducción”?... Todo un tema el de la seducción… ¿nunca te paso que no sabes como hacer para que la otra persona se de cuenta de lo que te pasa sin echar a perder esa relación?… Para seducir hay que tener la paciencia del pescador; saber esperar el momento exacto. Yo creo que talvez la mejor técnica sea no tener técnicas… pero guiándonos a través de la intuición seguramente sea mas fácil que a través de la razón. Tanto especular le juega en contra a la seducción. La intuición, en cambio, nos abre nuevas puertas, nos da nuevas llaves.
Uno pretende que sueñen con nosotros, queremos ser el único en la vida del otro, pero solo se puede aspirar a ser el elegido. Seducir tiene sus vueltas; a veces, el amor muere cuando damos nuestro amor por sentado, y renace cuando sienten que pueden perderlo. Nos preocupa mucho que no haya terceros dando vueltas, pero a veces, esos terceros, ayudan a la seducción, la encienden. El mayor riesgo de un seductor es caer seducido; ahí se vuelve torpe, predecible. El riesgo de un seducido es su inseguridad, que puede llevarlo a cometer ciertas torpezas… Uno no sabe por qué ama, ni por qué es amado. Seducir tal ves sea simplemente ayudar un poquito a esa magia que ocurre, sin que sepamos bien cómo ocurre, ni por qué.