lunes, 4 de junio de 2012

Pequeñas delicias de la vida conyugal

Tenés todo y nada para dar. ¿Cuántas calles bajaste antes de llegar? ¿Cuántos timbres   tocaste antes de entrar?  Falsificadora de querer, tenés tanto tiempo para recorrer, tenés un instante para renacer. No llores nena que no es la muerte; bajo los techos alumbra el Sol. Estoy en busca de algo naranja y verde. Bajo las sábanas pasa la noche azul. Vendrá la luna por la mañana y tal vez todo termine en nada. Y qué te importa si fuiste mía, y qué te importa la policía. Tendremos un gato en el jardín, tendremos un hijo si quiere venir, muchos desayunos y ningún clarín. No sólo del hombre vive el pan, cuando tenga ganas iré a trabajar, cuando tenga ganas no me importará. Si viene bien que sigamos juntos, haremos todo a pesar del mundo, y no habrá penas para ninguno, y no seremos dos sino uno.

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