viernes, 21 de enero de 2011

Nunca se vieron; tampoco conocen sus voces. Pero el tiempo no tardó en demostrarles que su amistad iba más allá de eso, y que era capaz de atravesar kilómetros y kilómetros de distancia para unir sus vidas por siempre. Saben que es un tema complicado el de poder verse, pero nunca dejan de tener esperanzas, y más de una vez imaginaron cómo sería su primer encuentro.
Su amistad duraría por siempre, así que tienen toda una vida para verse, saben que algún día se va a dar. Y cuando se de, va a ser uno de los días más felices en sus vidas, por fin estarían juntos esos dos hermanos del alma; porque sí, eso eran, hermanos del alma. La música fue lo que los unió en un principio, pero a medida que hablaban, veían que eran más y más las cosas que tenían en común. Tenían las mismas pasiones, como su banda de rock preferida, o su equipo de fútbol; pensaban igual, sabían sentir con la misma intensidad, y a veces parecían leerse las mentes. Pueden entenderse con facilidad, porque lo que uno piensa, también lo piensa el otro, y suelen tener las mismas opiniones acerca de un tema. Es como hablar con uno mismo. Y pueden confiar el uno en el otro, porque saben que siempre van a estar para apoyarse, preocuparse por el otro, escucharse (o leerse en este caso), darse consejos y hacerse sentir mejor. Sus personalidades, si bien son muy parecidas, también parecen complementarse: él, por ejemplo, tiene la paciencia que a ella le falta. Juntos, pueden formar uno.
Hace poco más de un año que comenzaron a hablar, pero parecen conocerse de toda la vida.
Y se extrañan cuando no hablan, y se necesitan si no están. Sus conversaciones pueden ir de las cosas más simples y poco importantes, hasta las más serias. Saben bien cuando pueden reír sin parar, y cuando tienen que parar de reír. Saben que pueden hablar de todo lo que necesiten, porque confían ciegamente en el otro.
Tienen posiblemente una de las amistades más fuertes que existen, la cual supo superar distancia y peleas, la que hizo de cada tristeza, una alegría, la que confundió por un momento los sentimientos, pero supo volver a ser lo que es y será: amistad, y la mejor.
La distancia no puede importar en esta relación; a veces, escuchar la misma canción en el mismo momento, es más que suficiente para sentirse cerca, otras veces, con solo reírse de lo que dicen e imaginarse diciéndolo en persona, alcanza para unirlos. Y cada vez que se dicen lo que sienten, es como abrazarse, y sentir que nunca estuvieron lejos.
Ella sabe que nunca va a conocer a alguien como él, sabe que nadie puede tener eso que él tiene, que lo hace tan único y diferente a los demás, sabe que lo que tienen juntos es algo especial, algo que jamás había tenido, algo imposible de entender hasta que se siente, algo que ella quiere tener para toda la vida, y más. Y sabe que puede, porque nunca había conocido una amistad más fuerte.
Nunca se vieron; tampoco conocen sus voces. Pero aprendieron a amarse, y eso es más que suficiente.

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